8 de junio de 2015

Ni uno más

Ni un golpe más. 

Si te educaron a los golpes, tu cuerpo fue violentado.
Aunque te digan que eran otras épocas...
Tu cuerpo fue violentado.
Y un cuerpo violentado, guardará en sus entrañas el dolor
Guardará esas marcas a través de los años
La violencia será su manera de entender el mundo
Saldrá al mundo con miedo, verá a los demás desde el miedo
O al revés
Atacará. Y atacará. Y atacar será su manera de vengar.
Un cuerpo violentado es un cuerpo que busca venganza.
Porque el cuerpo de un niño, siempre está expectante de afecto, no de golpes.
Viene el golpe, no comprende. Queda atónito. Y después se acostumbra.
El cuerpo se violenta a los golpes, cinturonazos, cachetazos, retorcer un brazo, una mano, tirar de los pelos, de la ropa, empujones, un simple golpe con un dedo en la frente... 
Y el alma violentada cargará con más sed de venganza. 
Por haber sido recortada como un bonsai.
Por no haber sido oída en sus deseos más genuinos.
El alma se violenta con denigraciones, falta de confianza, palabras de desaliento, haciéndola callar, pisoteando el optimismo, aplastando la espontaneidad, haciéndola dependiente, impidiendo la libertad, ultrajando la autoestima...

Ni un golpe más

De padres a hijos
De hijos a padres
De mujer a hombre
De hombre a mujer
De maestro a alumno
De alumnos a maestros
Entre hermanos y hermanas
Entre amigos y amigas
En el barrio
En la calle
En la escuela
En un bar
En un boliche
En el tren
En el bondi

Ni un golpe más al cuerpo
Ni un golpe más al alma

Las marcas quedan
El resto depende de lo que se hace con las heridas... 






No hay comentarios:

Publicar un comentario